Todas
queremos vernos hermosas y radiantes, ¿no es cierto?. El secreto para estar
lindas en todo momento es ocuparnos de nuestra condición espiritual. Porque “la
moda no maquilla el corazón”… Dios promete un corazón nuevo a todos los que
quieran recibirlo. Si tu corazón es nuevo, colorea y hace hermosa tu vida.
¿Y
si mientras disfrutamos la buena moda, nos llenamos con el Espíritu Santo para
que Él nos vista de honra y dignidad? Eso nos dará una belleza que no
desaparece con los años, ¡sino que aumenta!. Mientras adornás tu cuerpo, dejá
que el corazón brille.
Los
accesorios externos pueden atraer las miradas humanas, pero la hermosura del
alma atrae la mirada de Dios, el dador de tu belleza.
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