¿Mirás alrededor y no entendés? ¿Te parece un despropósito, algo ilógico? Mirá más allá.
Quizás no se ve con claridad porque es muy lejos. Quizás te parezca que no es lo mejor, porque no ves los detalles. Pero esa es la mirada de la fe. La mirada que Dios te pide, que confíes en Él.
Más allá de lo que ves, más allá de lo que sentís hay una respuesta preparada por Dios. No te asombres de eso: Él es un Padre bueno que cuida los detalles y que prepara de antemano todas las cosas. Nuestras dificultades y necesidades nunca le sorprenden; nada lo toma por sorpresa.
No encierres tu mirada en tu entorno inmediato, en tus circunstancias. Dejá que tus ojos sigan a la fe. Confiá en Dios, sencillamente. Confiá en su amor y en su bondad infinita. Él quiere siempre lo mejor para nosotros. Y hará lo mejor para nosotros.
Aunque no se vea claramente todavía... ¡vendrá lo mejor! Sin dudas, y entonces lo verán tus ojos también. Lo que ahora no ves, lo verás después. La respuesta que no ves, ya está en camino.
Confiá en Dios. Él te ama con amor eterno.
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