La mirada de la mujer es diferente y necesaria.
Las mujeres tenemos la capacidad de "ver" todo desde una perspectiva
diferente a la de los hombres. Y es dada por Dios, con un propósito. La
mirada de la mujer puede abarcar aspectos que pasan desapercibidos para
el hombre. Podemos ver, percibir, procesar, y dar curso a
soluciones...aún cuando los hombres todavía no se hayan percatado
siquiera de la necesidad!...Ese mirar diferente, ese ir más allá, o ese
discernir, es parte de nuestra misión, y podemos usarlo no solo para
desenvolvernos en la vida, sino también para enriquecer el ministerio y
la obra de Dios.
Esa capacidad de mirar
diferente es un regalo exclusivo de Dios. Usémoslo conforme su voluntad;
es parte de nuestra esencia. Se enriquece mientras más lo usamos,
cuando lo administramos con gracia y sabiduría, para edificar y
bendecir.
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