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Sabores

En la vida hay situaciones que tienen un sabor amargo. Es cierto.

¡Pero también hay muchas otras dulces y deliciosas!

Resultará un verdadero placer ver, con el paso de los años, cómo Dios usó todas esas circunstancias para hacer algo maravilloso: Darnos un carácter transformado y un corazón lleno de madurez, amor, compasión y ternura.

Este año que comienza traerá dulzura y sabores inesperados. Pero no tengas temor. Dios estará cada instante allí  con nosotras. Él prepara de antemano el camino que vamos a transitar, y tiene planes de bendición, nunca de mal. Todos los planes del Señor en nuestra vida son para edificarnos y hacer de nosotros mejores personas: cada día más parecidos a Jesús.Para eso usará lo que sea necesario, incluso los sinsabores, la dificultad, la adversidad. Los “sinsabores” que (paradójicamente y haciendo un juego de palabras) darán sabor a nuestra vida, y harán que seamos verdaderamente “sal” y luz.

Podemos confiar en que Dios siempre tiene el control y no dejará que nadie nos dañe. De modo que , no huyas de las circunstancies difíciles: Dios hará que sean medios para hacernos realmente plenos y felices haciendo su voluntad.

Vale la pena no desesperar y confiar en Dios. Él es siempre fiel y nunca falla.Cada detalle de nuestra vida está en su mano. Cada tramo del camino, Él lo ha preparado. Recibamos de Dios todo lo que Él preparó para nosotras este año...

Cada año es un desafío lleno de expectativas, y ciertos temores. Cada año trae “sabores deliciosos” y “sinsabores” o “sabores amargos”. Pero nuestro Dios es el que dirige los acontecimientos de nuestra vida diaria. Y si permite sinsabores, es porque hay un propósito. Y, sin dudas, habrá victoria y logros inesperados.¡Y un dulce resultado!...¡Feliz  2016!