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16 de diciembre de 2014

Festejemos juntos la Navidad


En verano


Expectativas para el próximo año


  Nuestras expectativas humanas suelen ser coherentes,  lógicas, previsibles ya que trabajamos en pos de ellas. Está bien esperar el resultado que previmos o alcanzar un objetivo dispuesto de antemano. Pero hay un factor que escapa a nuestro intento por encasillarlo: la fe. Podemos tener expectativas humanas, solamente, o tener además la expectativa de la fe.  ¡ Hay un esperar en la fe!  Si me he puesto una meta y espero alcanzarla, en mi familia, mi trabajo, mi estudio,  mi profesión o en cualquier área de la vida, puedo esperar “lo que espero” y además dar lugar a la fe.

  ¿Y si empezamos a esperar “más allá” de lo previsible?. Vamos a agradar el corazón de Dios, porque la fe le agrada. La fe traspasa el límite de mi capacidad de planificar, y de soñar, significa que cuento con los objetivos fijados, pero sobre todo con la intervención de Dios. Él “endereza delante de mí “ el camino”. Y añade lo que falta. Podemos esperar lo imaginable, aquello por lo cual planificamos y trabajamos...pero demos lugar a la expectativa en Dios. La fe se goza de antemano, esperando en Dios, viendo lo invisible, que está en proceso de hacerse visible ante los ojos llenos de asombro.


“Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Ro.11:1). 

“Y Él hace más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (Ef.4:20 b).

¡Feliz Navidad!


Buen Descanso