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28 de enero de 2014

Para recordar


Tiempo de descanso


Año nuevo, Vida nueva


“El año nuevo nos llena de expectativas y esperanza. El mañana, el futuro despierta con más fuerza en nosotros las ganas de emprender, de soñar y de planificar cuando un año termina y otro comienza.
Con el año nuevo, parece que todas las cosas tienen un nuevo comienzo…al menos la sensación que tenemos es la de percibir todo como “nuevo”. Los planes, los proyectos, el estudio, el trabajo, la familia, las dietas, las rutinas diarias, de repente adquieren “calidad de nuevo”.
Y hasta tenemos la intención, como solemos decir, de hacer “borrón y cuenta nueva”…empezar con una página en blanco. Y es buena idea: a veces es necesaria para aclarar las ideas, desenmarañar los conflictos, pensar soluciones, buscar con más orden una estrategia de acción para tratar con lo nuevo, con lo que viene.
El año nuevo también nos transmite cosas como esta: “todo puede cambiar tan fácil como cambia el año, como cambian los días”.¿Será posible? Eso suma esperanza, alegría, nuevas fuerzas, nuevo entusiasmo.
Incluso parece que podríamos dejar atrás, en el calendario, las cosas que no nos gustan, aquello que ya no queremos en el nuevo tiempo. ¿Será posible?
Los cambios se generan con decisiones. De modo que podríamos decir que, en alguna instancia, sí, ¡es posible! Hay cosas que podemos cambiar, y nos corresponde decidir cambiarlas. Hay otras que no podemos cambiar…Pero hay una buena noticia:
Dios puede darnos una vida nueva, una página en blanco, un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, un nuevo corazón y una nueva mente…en fin, ¡una nueva vida! Y en esa nueva vida con Dios, todo es posible, hasta esas cosas que por años quisimos cambiar, año tras año, y no pudimos.
Por la fe en Jesús, el Hijo de Dios, se nos da una nueva vida, y esa vida no se acabará jamás.

Por la fe en Jesús, el Hijo de Dios, recibimos paz verdadera, porque el quita la culpa que el mal nos deja en el alma cuando no obramos bien.
Por la fe en Jesús, el Hijo de Dios, nosotros somos hechos “nuevos”: somos hechos “hijos de Dios”, con todo lo que eso implica.

Y solamente hay que tomar una decisión: Creerle a  Dios.
 Este año nuevo, puede darte de verdad “vida nueva”.

 Recibí todo lo nuevo, todo lo bueno que Dios tiene en este año. Y empezá a soñar, a planificar y a emprender… porque con Dios todo es posible.