Todas las Noticias

18 de diciembre de 2013

Nuestro Jesús


¡Felices Vacaciones!


Agenda de Verano


Navidad, Mucho para Celebrar

  

 
  Jesucristo, el hombre que cambió la historia. Tal es así, que la historia se divide en “antes de Cristo” y  “después de Cristo”. Hay muchos hombres destacados que marcaron hitos en la historia. Pero ninguno puede compararse con Jesús.
  Existen muchas religiones y muchos líderes religiosos. Pero no podemos comparar a Jesús con ninguno de ellos. Él es más que un hombre, más que un líder de una religión. Todos los fundadores de religiones y sectas murieron. Pero Jesucristo murió y resucitó, vive para siempre… ¡y además tiene el poder de dar vida eterna a quienes creen en Él! ¡Jesús es incomparable!

  Él tiene “seguidores y detractores”. Muchos lo rechazan, pero muchos estarían dispuestos a dar su vida por causa de Él. El amor de Dios es incondicional, y espera que todos puedan conocerlo. Porque Jesús, el hombre que cambió la historia, también tiene poder para cambiar las vidas para siempre.
Podemos acercarnos a Él con confianza “como esos niños que querían conocerlo, que lo seguían a todas partes, que se sentían seguros cerca de 'el Maestro que hablaba de Dios', hacía milagros, y alimentaba a las multitudes. Podemos acercarnos así, sencillamente, sin temores, sin prejuicios, con sinceridad…”

  Conocer a Jesús es el mayor regalo de Navidad que podamos tener. Todo lo demás tiene verdadero sentido, cuando podemos tener una relación personal con el Hijo de Dios, que nos ama con amor eterno. Es entonces que encontramos muchos motivos para celebrar. Porque no tenemos que esperar el Cielo para disfrutar de una vida verdadera y con propósito. Más aun, somos portadores del mensaje más trascendente de todos los tiempos: “Jesucristo es el Señor y vino para darte vida abundante y vida eterna”.

  Por eso en Navidad celebramos la vida y el amor de Jesús…y todo lo que implica. Si todavía no lo conocés, podés acercarte y pedirle con confianza: “Jesús, quiero conocerte…” ¡A Él le encanta responder ese pedido! Y verás que tu vida nunca será lo mismo cuando deposites toda tu confianza en Él.
¡Feliz Navidad con Jesús!

30 de noviembre de 2013

Lo que viene...


Jornada de Diseño

Un Paseo por CorelDraw


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La Comunicación es Vital

  La comunicación es vital para todas las relaciones interpersonales; para el crecimiento, para el desarrollo normal, para la salud; es vital en todos los ámbitos. Somos seres comunicativos y gregarios: necesitamos expresarnos y recibir las expresiones de los demás; dar, recibir, compartir, y “estar acompañados” en el camino de la vida.

  Nos comunicamos desde el vientre de nuestra madre. Nos comunicamos con la mirada al nacer, con el llanto, aferrándonos a lo nuevo (el dedo de mamá, la nariz, el cabello), con sonidos “ininteligibles” (hasta que la mamá lo decodifica y logra entender los mensajes de su hijo); con las primeras sonrisas, y las risas de los padres que constituyen un feedback, una respuesta comunicativa. Eso también es comunicación.

  Aprendemos “el modo” comunicativo antes que cualquier forma de lenguaje. Es decir que siempre buscamos inconscientemente la manera de comunicarnos, de interactuar, desde el nacimiento. Justamente porque fuimos creados para interactuar, dar y recibir, compartir.

  Cuando la comunicación es interrumpida o entorpecida por alguna razón eso afecta las relaciones, las emociones, el carácter, los pensamientos, las acciones, las respuestas de la conducta. Y es necesario restablecerla a fin de que todas las cosas comiencen a mejorar.

  Dios nos ha dado la oración como medio para comunicarnos con Él, ¡en todo momento, en todo lugar, en toda manera! Podemos estar siempre “on line”, con línea abierta, de manera ilimitada. ¡Es fascinante!   Pensemos un momento en esto: “Puedo comunicarme con Dios en todo momento, en todo lugar, en toda manera”. ¡Maravillosamente impactante!..

  Él ha prometido estar con nosotros siempre, ha prometido oírnos, y respondernos.
  Lo único que puede interrumpir la oración es el pecado; y aun para eso Él proveyó la solución (“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1º Jn.1:9).

  Como hijas de Dios tenemos acceso al trono de Dios, a su presencia, para entrar confiadamente, para recibir la gracia que necesitamos. Podemos conversar con Dios, como amigos (“…os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” Jn.15:15).
Incluso hay beneficios para el cuerpo en la oración: cuando estamos en oración con Dios, Él aquieta nuestra alma, en Él hallamos descanso y quietud para el alma. Siempre recibiremos paz y gozo en su presencia. En medio de toda circunstancia podemos pedirlo y lo recibiremos, eso y más, ¡junto a Él, en compañía!

“He aquí yo estoy con vosotros todos los días...” Mateo 28:20.

“Tú oyes la oración”. Salmo 65:2

“Clama a mí, y yo te responderé”, Jeremías 33:3

“En Dios solamente está acallada mi alma” Salmo 62: 1.

“Con tremendas cosas nos responderás tú…” Salmo 65:5

30 de octubre de 2013

Congreso de Mujeres


Lo que viene...


Quiero ser como vos

Crecer lleva tiempo...


Señor, sé que me falta mucho, pero quiero que sepas que cada día quiero ser como vos.
A veces me parece tan fácil, porque dejo que tu Espíritu me ayude a decidir, me hable y me enseñe, me llene y me cambie. ¡ El camino parece de rosas! La vida sonríe. Y me siento “winner”—¡más que “vencedora”!
   Pero hay otras veces…bueno, que lo intento y lo encuentro difícil. Tomo decisiones equivocadas, me frustro, me siento incapaz…El enemigo me sisea “loserrrr”-“perdedora”…Porque vos me enseñaste que cuando nos creemos fuertes, somos débiles; cuando confiamos en nosotras, no podemos; solo confiando en vos, el “loser” (“perdedora”) no tiene cabida.

Cuando me doy cuenta de que “así no es”, entonces te llamo y siempre venís en mi ayuda. Incluso en esos momentos, de errores y lágrimas, enojos y pruebas, desánimo o debilidad, vos confiás en mí, y me ves…como yo no me veo. Porque  me conocés tal como soy. Y me amás  igual. Me ayudás a seguir, me quitás los miedos, con tu compañía, con tu voz.
Sé que cada día está el desafío de vivir solos o en tu compañía…de ser una loser” o una “winner”; de desistir, o avanzar construyendo tu Reino.
La diferencia sos vos; la diferencia es tu presencia; la diferencia es vos y yo de acuerdo en hacer tu voluntad.  Yo te obedezco, y tu poder infinito está listo para ayudarme...¡Eso es estupendo!..¡Cuando camino de tu mano la vida es una aventura maravillosa!
  Por eso Jesús, quiero que sepas que cada día, ¡yo quiero ser como vos! Todos los días un poco más como vos. Un poco más como el Padre.
  Sé que lo sabés, pero me encanta decirte: “¡Quiero ser como vos!” Estoy diciéndote que te amo, que te admiro, ¡que sos “lo más”!
  Gracias porque sé que todo lo que me pedís es eso: que me decida a ser como vos, que sea fiel, y el resto está en tus manos.
Y ¡con vos todo estará bien!

Crecer en amor, es crecer en la plenitud de Cristo. No te desanimes; cuando tu amor crece eso significa que sos un poquito más como Él .  
Hasta que lleguemos  “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” 
(Efesios 4:13)

Feliz Día


30 de septiembre de 2013

Mes de la Biblia


Próximo día de Reunión


El Sentir y El Pensar

    Si no quieres que el desánimo te arruine, entonces no medites en tus desilusiones.
¿Sabías que tus sentimientos son afectados por tu manera de pensar? Si piensas que eso no es cierto, entonces toma 20 minutos o más, y piensa solo en tus problemas. Te aseguro que al final de ese tiempo, tus sentimientos, y quizás tu semblante, habrán cambiado.

    Cuando te decepcionas, no te sientes a tener lástima de ti mismo. Aunque las cosas pueden parecer malas, aun tenemos una elección: tener comunión con nuestros problemas o tener comunión con Dios.
Podemos permitir que nuestros pensamientos se detengan en lo malo hasta que lleguemos a estar totalmente decepcionados y arruinados, o podemos poner nuestra atención en todo lo bueno que nos sucede en la vida, y en todas las bendiciones que Dios todavía tiene almacenadas para nosotros en los días venideros.

    Los pensamientos son palabras silenciosas que solo nosotros y el Señor escuchamos, pero esas palabras afectan nuestro ser interior, nuestra salud, nuestro gozo y nuestra actitud.

    ‘No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús'(Filipenses 4:6-7).”

Fuente: “Como encontrar ánimo para cada día”
por Joyce Meyer

Dios nos ama


Amor Inalterable

Cuando el amor “humano” no es suficiente


 

    La Biblia dice que en los últimos tiempos “Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. Sabemos que lo que nos distingue como cristianos, aquello por lo cual se nos identifica, es el amor. No es el hablar en lenguas, ni el imponer manos, ni ninguno de los dones que el Señor nos da para la edificación y la evangelización. No son los dones. Es el fruto; es el amor, con sus nueve aspectos (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza) lo que dice al mundo que somos cristianos nacidos de nuevo, camino al cielo. Y el Señor dice que “el amor de muchos se enfriará”. Tenemos muchas razones para “no amar”, y ¡parecen multiplicarse cada día! Pero nuestro desafío, nuestra meta y el propósito de nuestra vida es ser semejante al Padre que nos hizo a  su imagen. Dios es amor, e indefectiblemente, quien quiera se semejante a Él, debe tener en cuenta que sin amor, no podemos vivir. Y no hablamos del amor humano que ama a quienes me aman, sino del amor inalterable de Dios, que ama incluso a los enemigos. 

    Es fuerte, como decimos, pero sigue tan vigente hoy como hace más de 2.000 años cuando Jesús lo dijo a sus discípulos. Somos llamados a ser como Jesús, a bendecir aun cuando nos hacen mal a sabiendas. No es fácil, pero sí es posible. En esas circunstancias ejercitemos ese amor inalterable que nos ha sido dado. Porque si amamos, y bendecimos, Dios puede obrar en la vida del otro. Dios nos pide que lo hagamos, y por lo tanto Él nos ayuda a hacerlo. Él espera nuestra decisión. Si nos decidimos a agradarle a Él, pondrá en nosotros la gracia, y todo lo que necesitamos para “no pagar con la misma moneda” al que nos hace mal; para no vengarnos- y para ni siquiera desear venganza. Eso, lo hace solo Dios. Cuando se lo pedimos, cuando anhelamos vivir de la manera que a Él le agrada, Dios hace que nuestro amor permanezca inalterable. 

    En estos tiempos difíciles podemos “vencer con el bien el mal” como el Señor lo pide. ¡Y eso honra a nuestro Dios! No dejemos que nuestro amor se enfríe. Amemos, y seamos sabios con la ayuda del Señor.

Feliz Primavera



30 de agosto de 2013

Día de Reunión


Ten Fe


Palabras que edifican


¿Cómo lograrlo?

 Las mujeres tenemos fama de hablar mucho; y es una realidad; la mujer necesita utilizar miles de palabras más que el hombre para sentirse “comunicada” y satisfecha en su “vida comunicacional”. Pero qué hablamos? 

Las palabras hacen bien o hacen mal. ¿Has visto personas que lastiman con sus palabras? O quizás vos misma te has oído hablar palabras que dañan. No siempre se intenta decir lo que se dice. El dolor exagera. La herida lo aumenta. Y decimos cosas que nos hacen mal, y hacen mal al otro. Quejas, palabras negativas, juicios, palabras sin fundamento, percepciones equivocadas, mentiras, palabras con ira, en fin, sin amor. Hay bocas que dan vida, y bocas que dan muerte. Lo sabemos. 

¿Pero cómo logramos que nuestra manera de hablar honre a Dios, y haga bien al que nos oye, y a nosotras mismas?
Con el riesgo de hacer un “reduccionismo” del tema en cuestión, podemos decir que, en realidad, se trata del corazón y no meramente de la boca. “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
Solo el Espíritu Santo puede transformar el corazón y el habla.
Cuando las palabras salen de un corazón sano, son palabras que hacen bien “espontáneamente”. Las palabras de aceptación, que consuelan, que alientan, que dicen “la verdad en amor”, surgen del corazón sano.
Examinemos nuestro ser interior, para que cada día el Señor sane las pequeñas-o grandes-heridas, y haga de nosotras mujeres capaces de manifestar el mensaje del evangelio simplemente con palabras que hacen bien. Palabras que corrigen, si es necesario, pero sin dejar de lado la aceptación y la paz, considerando siempre que todos necesitamos ser corregidos y “encauzados” en algún momento.

Dejemos que el Señor transforme nuestro corazón cada vez más. La Biblia dice que Dios “hace en nosotros lo que es agradable delante de Él”. Solo tenemos que decidir que vamos a permitir que Él nos ayude. ¡Y Él lo hará! No hay nada comparable al hablar que hace bien a los oídos, pero sobre todo al alma. Es un desafío, mujeres. Con Dios es posible. ¡Y vale la pena!

Paremos un minuto...y miremos

El mundo entero busca respuestas en todas partes, y muchos, con  desesperación.
Miremos y veremos. Observemos con detenimiento. La gente pasa a nuestro lado con con lágrimas invisibles en los ojos perdidos.
Escuchemos. Pasan, gritando sus silencios a quien tenga oídos para escuchar el ruego de su alma.
Oigamos. Más allá del lenguaje, más allá de las  quejas, un ser humano pide amor; pide paz.
Consideremos. No saben adónde van; andando en un círculo que los adormece.
Reflexionemos sobre esto. Cuánto, cuánto amor tenemos,  cuánta esperanza, cuánta fuerza, cuánta alegría, cuánta vida que se renueva todos los días—aunque envejecemos. Vida aquí y vida por la eternidad. Respuestas que nos sacian el alma. Camino al cielo. Disfrutando el sabernos amados, salvados, cuidados, y, especialmente el ser hijos mimados del Padre Perfecto.
Decidamos. Podemos decidir. Tenemos lo más preciado, ¡y es para compartirlo!...de la manera que queramos.

29 de julio de 2013

Crecer es Vivir


Uno dice: “Nací para ser médico”, y disfruta ser médico. “Nací para ser docente”, y disfruta la docencia. “Nací para ser artista”,  y disfruta el crear obras de arte.
Llamamos vocación, a la elección de vida, de estudio, de profesión, de oficio, etc. que podemos disfrutar; al “sentirse realizado”.Como cristianos, nuestra vocación también es crecer. “Nacimos para crecer; para desarrollarnos, para extendernos, y también para prolongarnos más allá.”

Crecer (ante todo, para nosotros como cristianos), es vivir y cumplir un propósito…¡y disfrutar el hacerlo!...Por lo tanto, podemos disfrutar el proceso. No es que el proceso en sí sea un deleite. El crecer no siempre es fácil. Pero podemos aprender a hacer, del proceso del crecimiento, ¡una aventura!... podemos alegrarnos en nuestro andar por la vida, porque tenemos una meta mientras crecemos. Asimismo, disfrutemos esta “aventura de la vida”, aunque a veces signifique “un dolor” (como los huesos que crecen), “una separación” (como el dejar a los amigos de la escuela), un compromiso mayor (como el trabajar, formar una familia, lanzarnos al pleno propósito de Dios). No hablamos de crecer por competencias o rivalidades, sino de un crecimiento natural y hasta espontáneo: en la vida espiritual, en tu carrera y tu trabajo. “Compitiendo solo con nosotros mismos”, dijo alguien, “para mejorar nuestros propios récords”. En definitiva, nada más ni nada menos que “ser todo lo que Dios quiere que sea, y hacer todo lo que Él quiere que haga”. Colaboremos con Dios, porque el crecimiento lo da Él. ¡Y el que hace las obras también es Él! Crecer sanamente hasta la plenitud, simplemente es “cumplir el propósito de Dios”: desarrollar el potencial, para ser lo que Él tenía en mente al darnos vida.

Y la buena noticia es que hay Alguien que te cuida, mientras crecés; Él te da el crecimiento, te enseña, te ayuda, te protege, te encauza, te riega, te alimenta, y hasta cuida tu alma. Crecé tranquila, puestos los ojos en Jesús. Naciste para crecer, y más aún, para dar vida a otros por medio de Él.

Lo que viene...


Por toda la Eternidad


Bueno y Breve, más que bueno.

Una palabra puede cambiar rumbos, decisiones, situaciones y vidas.


"La palabra a su tiempo,¡cuán buena es!"(Proverbios 15:23).

No es necesario decir demasiado, sino suficiente. Suficiente para animar, para afirmar, para mostrar afecto, confianza, respaldo; para encauzar; para reconsiderar; para esperar, o para decidir.
No dudés en hablar cuando considerás que es palabra buena y a tiempo. Si es palabra que edifica a los demás, aunque breve, ¡será más que buena!

30 de junio de 2013

Preparate


Dios te dice...


Hay vida en Dios ¡Descubrila!

Detenete  unos  minutos...


En medio del trajín del día, nos hace bien sacar la mirada de la rutina para mirar la vida desde otro ángulo.Sí: la perspectiva cambia.
Podemos ver cosas que no habíamos considerado. Descubrimos matices de lo que vemos a diario. Tal vez podemos entender el por qué de algo (o el para qué). Tomar consciencia del entorno que, a veces por causa de la cotidianeidad, queda olvidado.
Nos detenemos unos minutos, a considerar, a pensar,...y es así como cobran importancia (o la recobran), esas cosas relegadas por el ritmo frenético. Encontramos un hermoso cuadro. Sí, redescubrimos la vida cuando nos detenemos. .
No dejes que el ritmo actual te haga perder de vista lo verdadero, lo que vale la pena: la vida misma, el bien, los seres queridos, los afectos.
De la misma manera, no dejes que nada te haga perder de vista a Jesús.

Detengámonos unos minutos; hablemos con  Él en oración. Verás que todo cambia. Habrá otra perspectiva.
Hay una vida en Dios que espera que la descubramos día a día: ¡para verla, disfrutarla, y compartirla!

Simplezas de la Vida

Despertar de a poquito mientras saludo con un “Buen díaa, te amo…”  Tener sencillamente esa certeza -de la fe- de que Él me acaba de despertar para disfrutar este día que Él hizo ¡para mí!
Remolonear un poco susurrando una oración medio dormida…O salir de un salto de la cama diciendo algo así como: “¡Gracias!...pongo todo en tus manos…por favor ,ayudame…”
Orar con los ojos entrecerrados, en un instante de lucha: ¿Y si me quedo un ratito más? El día comienza…“Lavarse la cara”…desayuno…la familia, leyendo la Biblia, orando, leyendo, cantando…la ducha, el trabajo…siempre con esa certeza de que Él está allí. El día comienza…con sus cuestiones, cierta rutina, también sorpresas, ternuras, imprevistos…¡y  Su  compañía!... 
El saber que Él hizo este día me da paz. Me da paz el saber que Él me acompaña. Vivir en su presencia es vivir consciente de que Él es fiel y cumple lo que prometió: “Yo estoy con ustedes todos los días…·”No te dejaré ni te desampararé…”
El día continúa, con responsabilidades, alegrías, a veces conflictos, sinsabores, cosas que “no se entienden”…pero la compañía de mi Dios hace que todo sea diferente. Las decisiones, las inversiones, las relaciones interpersonales, los planes, el estudio, los sueños,…todo cobra otra dimensión, ¡por-que Dios está! Él encauza, endereza nuestro camino…a veces sin avisarnos, otras,… avisa.
Él nos da la fuerza que necesitamos, la sabiduría, la cordura, la gracia. A veces también nos equivocamos y fallamos, nos apresuramos, decidimos mal, tenemos que corregir cosas…pero Él está allí, tan cercano como cuando me despertó por la mañana…diciéndome lo bueno que hice y ¡también adónde me equivoqué!
Si estamos atentos, vamos a darnos cuenta de lo real de su compañía! Suele estar en silencio a nuestro lado…nos habla quietamente…
Sigue nuestro trajín, sigue nuestra “rutina”, y en medio del día nuevo…nos hablará: porque, sobre todo, Él tiene sus planes. Y hará que al final del día, antes de cerrar los ojos otra vez,  podamos decirle “Graciaaas!..Yo también te amo…”

Vivir el día en presencia de Dios, es vivir en su amor, es vivir las simplezas en su compañía…y ver los milagros silenciosos…antes que los demás.

Que las complicaciones de este mundo no nos roben la mayor dicha: “el caminar con  Dios”.

19 de junio de 2013

Evento especial



 
Preparate para este evento muy especial del mes de junio, ¡Invitá a tus amigas!

27 de mayo de 2013

Novedades


Reservá este tiempo...


¡Podés programar! desde Junio hasta Octubre, en cuotas de $90,00.

¿Rendirme? ¡Jamás!


 

En la vida diaria nos topamos con esta pregunta “no articulada”, no emitida,  que rebota en el interior hasta que la enfrentamos .Qué hacer, esa es la cuestión. Es entonces que nos “sentamos” un instante frente a esa palabra “rendirme”, y le decimos “Jamás”. Más que una respuesta a uno mismo, es  la actitud que elegimos adoptar. ¿Por qué pensar en rendirse, en abandonar,  en dejar de confiar? ¿Porque surgen muchas situaciones que pretenden “sugerirnos”  que esa la única opción?  Desánimo, pruebas,  pereza, temores,...eso no desaparecerá simplemente porque decidamos “me rindo”. El rendirse y darse por vencido nunca será la solución.
Solo existe una rendición que debemos tener en cuenta: rendirnos a Dios, entregarnos a Dios, entregar todo lo que tenemos y somos, confiando con certeza en su amor ¡y en sus planes! ¿Recordamos que Él tiene planes, y que sus planes son mejores que los nuestros?...La mejor decisión no es rendirnos ante los problemas, sino  rendirse ante Dios, y solo a Él. ¡Podemos confiarle nuestra vida a Dios! Y ya no tendremos que “rendirnos” ante la avalancha diaria de dificultades. A esa avalancha  le presentaremos una firme determinación: “Sé en quien he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado”  (1 Ti.1:12, NVI).
 De modo que no nos dejemos intimidar por las circunstancias, porque nuestro Dios controla hasta las crisis, y las pruebas. Él está a nuestro lado, diciéndonos : “¡No te rindas!.. No temas,¡ yo te ayudo!”

Anatomía de un hábito



Los hábitos son cosas que aprendemos a hacer mediante la repetición y que finalmente hacemos,ya sea inconscientemente o con muy poco esfuerzo. Primero formamos hábitos y después ellos nos forman a nosotros. Somos lo que hacemos repetidamente. ... lo cierto es que puede hacer o no hacer cualquier cosa si realmente lo quiere. Al menos puede hacer cualquier cosa que sea la voluntad de Dios...     He aprendido que concentrarme en las cosas buenas que quiero y que necesito hacer me ayuda a vencer las cosas malas que no quiero hacer.
 La Biblia dice en Romanos 12:21 que vencemos el mal con el bien.  El otro versículo que quiero que usted recuerde a medida que trabaja hacia su meta se encuentra en Gálatas. "Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa"  Gálatas 5:16. Concentrarse en las cosas malas que usted hace nunca le ayudará a hacer las cosas buenas que desea hacer. Esta es una verdad bíblica muy importante. El bien tiene más poder que el mal. La oscuridad es tragada en luz, y la muerte es vencida por la vida. Cualquier cosa que Dios ofrece es siempre más poderosa que lo que Satanás desea para nosotros.
  El diablo quiere que tengamos malos hábitos, pero el deseo de Dios es que sigamos al Espíritu Santo y le permitamos conducirnos a la buena vida que Jesús murió para que la disfrutáramos. Y una buena vida es una vida con buenos hábitos.
  Uno de los ingredientes de formar buenos hábitos y romper malos hábitos es enfocarse en lo que usted quiere hacer y no en lo que quiere dejar de hacer. Por ejemplo... Si quiere formar el hábito de hacer ejercicio regular, no piense y hable sobre lo difícil que es, sino piense en los resultados que tendrá si es persistente.
   Cuando yo comencé por primera vez a hacer ejercicio… realmente me sentía como si estuviera enferma. Finalmente…sabía que eso significaba que estaba haciendo progreso.
  Si quiere salir de la deuda, no piense y hable de todas las cosas que no podrá hacer... En lugar de pensar en el lado negativo de su meta, piense y hable de lo maravilloso que será ser libre de la tiranía de una deuda abrumadora.
 Somos motivados por la recompensa, de modo que si usted desea con ganas la recompensa, tendrá el impulso que necesita para seguir adelante hacia su meta.
  No se derrote a usted mismo antes incluso de comenzar fijando su mente en las cosas equivocadas. Donde va la mente, allí sigue la persona, de modo que asegúrese de que sus pensamientos estén en lo que usted quiere en lugar de estar en lo que no quiere. 

por Joyce Meyer 


Tomado del libro "Cómo formar buenos hábitos y  romper malos hábitos".  Usado con permiso  de la revista Vida Cristiana.  www.vidacristiana.com

Dios te dice...


26 de mayo de 2013

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29 de abril de 2013

Algo más que la vida



Cuando pensamos en la vida consideramos que es lo más importante, ¡y sin duda que lo es! Pero por sobre todo lo importante está lo trascendente. Todos anhelamos disfrutar de una vida larga, fructífera, dichosa, una vida que valga la pena vivir. Sin embargo, hay Alguien que quiere darnos eso y más. ¿Mejor que una vida larga y exitosa? Sí. Algo que sobrepasa la rutina, la supervivencia, o la existencia sin propósito. Algo que trasciende nuestro tiempo. Hay un Dios que es el Creador de todo lo que existe, que quiere darnos una vida que nunca se acabe, vida eterna, vida por siempre. Él la preparó como un regalo para todo aquel que lo quiera recibir. Puede ser tuyo, hoy mismo.
¿Te parece demasiado? ¿Demasiado bueno, demasiado fácil? Sí lo es; es tan fácil que un niño la puede recibir ¡así de fácil como recibe un regalo! …todos sin excepción la pueden recibir. Todo ser humano, de toda raza, de toda edad, de todo estrato social y de toda condición. Nadie es tan joven ni tan grande, ni tan rico ni tan pobre, ni tan bueno, ni tan malo, ni tan erudito, ni tan ignorante, ni tan brillante ni tan torpe, que no pueda recibir este regalo. Si lo querés, tomalo; es para vos. ¿Cómo lo recibimos? Es gratis; no tenés que hacer grandes cosas para ganarte esa vida eterna. Por la fe, Dios la regala a los que creen  que Jesús es el Hijo de Dios, que murió por nosotros para darnos vida, y resucitó, y aceptan a Jesús en su corazón como Señor y Salvador. Dijo Jesús: “El que cree en mí, tiene vida eterna”, y  “El que tiene al Hijo tiene la vida”.
Dios es bueno. La palabra que mejor lo describe es amor. "Dios es amor" (dice en 1ª Juan 4:4). Por amor nos cuida y hace posible la vida en nuestro planeta. Por amor está con nosotros siempre y "oye la oración". Por amor obra en nuestras circunstancias. Es un Dios que está interesado en ser parte de nuestra vida cotidiana; quiere que lo conozcamos, que confiemos, que acudamos a Él por ayuda. Un Dios que quiere nuestra compañía para siempre. Él te ofrece vida hoy.


Agendá estos días



El Dios de la Esperanza





La inundación fue lamentablemente el tema en boca de todos. Tal vez no te inundaste, o sí; de todos modos, a todos nos mueve a poner los ojos en Jesús. No para entender quizás, sino para aprender, y escuchar su voz.
La pastora Alicia Ramírez nos transmitió la palabra de Dios para este tiempo: tiempo de escuchar a Dios con atención, y simplemente obedecer su guía, porque Él hace su “extraña obra” en medio de la ciudad. Y es importante recordar esa verdad bíblica conmovedora: Dios  quiere que todos sean salvos y “vengan al conocimiento de la verdad”. Nada cambia el hecho de que Dios nos ama infinita e incondicionalmente; por eso, que la certeza de ese amor de Dios hacia nosotros nos mueva más a su presencia. Dice Romanos “Y el Dios de esperanza…”. Él es nuestra esperanza, en todo tiempo. Y anhela que sepamos y recordemos que en Él “hay esperanza para tu porvenir”.
No perdamos la confianza; esperemos en Dios. Lo que ves con tus ojos pasará. El Señor espera que confiemos en su amor y en su poder para hacer de nuestras circunstancias inexplicables un nuevo comienzo. Diferente, y victorioso ¡que nos asombrará!..No estás solo, porque Él está a tu lado siempre, “aunque pases por las aguas…”


16 de abril de 2013

Continuamos colaborando

Seguimos colaborando con la ayuda a quienes padecieron la inundación. 

Podés acercarte para clasificar y separar, ropa y calzado, cocinar, llevar alimentos, limpiar casas anegadas.

También donar vajilla, colchones, frazadas, mantas y útiles escolares.

Te esperamos en IDD. Todos los días, de 9 a 21 hs. ¡Dios bendiga tu vida!

 

 







 

Información para compartir

VACUNAS

Recordá los siguientes datos y compartilos también con tus vecinos.


"El ministerio de Salud de la Provincia distribuye dosis de vacunas en todos los centros de evacuados de La Plata y en los 4 hospitales móviles que se dispusieron para atender a la población damnificada en las zonas más afectadas de la ciudad. Incluye tres tipos de vacunas: contra la gripe, hepatitis A y la antitetánica.
Los hospitales están ubicados en las tres zonas más anegadas de la ciudad: en el barrio de Tolosa hay dos móviles en las calles 7 y 523 y en 118 y 522; en el barrio de Los Hornos, el hospital está ubicado en 137 y 64; y en Villa Elvira se encuentra en 7 y 89."

fuente: 


http://banoticias.com/nota.php?id=2397






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