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23 de abril de 2012

Vulnerables, ¡Pero invencibles!


Vos y yo, como Él nos ve


Se dice, que las mujeres somos vulnerables, frágiles, necesitadas de protección y afecto, débiles… Sin embargo ¡somos invencibles!... ¿Cómo? Todo comienza con una decisión. En la vida podemos tomar decisiones sensatas que nos permiten avanzar, crecer, y ayudar a otros. Pero la más importante de todas es creer y confiar en Dios. La Biblia dice que Dios s escudo a nuestro alrededor. Con Él podemos afrontar todas las circunstancias. “Mujeres fuertes”, sepamos que “nadie será fuerte en su propia fuerza”. Es Dios quien pone en nosotras fuerza y dignidad. ¿Querés ser invencible? Dale tu vida a Dios y no niegues tu debilidad. Entonces El, el Fuerte, será tu fortaleza.
El evangelio no es simplista pero sí sencillo: ¿Dios promete su fuerza invencible a los vulnerables! Te rendís, y te hace “más que vencedor”. No dejás de ser frágil, pero Dios se hace cargo de tu fragilidad. Te capacita para superar las dificultades. Te da sabiduría para hacer el bien. Mujer, ¡que tu debilidad no te intimide, ni te limite! El Señor nos capacita para hacer lo imposible. Cuando te sientas “demasiado vulnerable” refúgiate en Dios y en su Palabra; y simplemente confía en Él. ¡Te vas a sorprender!

Belleza


Todas queremos vernos hermosas y radiantes, ¿no es cierto?. El secreto para estar lindas en todo momento es ocuparnos de nuestra condición espiritual. Porque “la moda no maquilla el corazón”… Dios promete un corazón nuevo a todos los que quieran recibirlo. Si tu corazón es nuevo, colorea y hace hermosa tu vida.
¿Y si mientras disfrutamos la buena moda, nos llenamos con el Espíritu Santo para que Él nos vista de honra y dignidad? Eso nos dará una belleza que no desaparece con los años, ¡sino que aumenta!. Mientras adornás tu cuerpo, dejá que el corazón brille.
Los accesorios externos pueden atraer las miradas humanas, pero la hermosura del alma atrae la mirada de Dios, el dador de tu belleza.

Tu vida puede cambiar hoy


Dijo Jesús: “Yo he venido para que tengan vida…” Vos podés tenerla; es un regalo de Dios. Si creés que Jesucristo es el Hijo de Dios, y querés recibirlo en tu corazón por la fe, pedíselo así: “Señor Jesús, reconozco que te necesito; perdóname mis pecados y ayudame a vivir esa vida que prometiste a los que creen en vos. Entrá en mi corazón, te recibo como mi Salvador y Señor. Te acepto y te doy mi vida. ¡Gracias, Señor! Amén.
¡Dios te bendiga!

Femeninas


Ser femenina es ser vos misma. Es tu esencia. Dios nos hizo así,…Y para Él fue “bueno en gran manera”. ¡Disfrutá el hecho de ser única! Que tu femineidad se vea no sólo en la ropa que usás sino en tu carácter y en tus decisiones. Da lo mejor y procurá alcanzar el diseño de Dios para tu vida, y esos sueños, que se hacen anhelos, que se hacen proyectos ¡y hechos concretos!... Con los pies en la tierra pero el corazón en el cielo. ¡Naciste mujer para gestar sueños y realizaros! Con perseverancia, amor y compromiso. Y estás aquí, porque este mundo te necesita. Confiá en el Dios que te formó…y verás el fruto de tu vida.